La Ed-Tech que cambió el Excel por Inteligencia Artificial
Mucho antes de la pandemia, el ingeniero Juan Pablo Mena logró la combinación perfecta entre el horario de estudiantes, profesores y disponibilidad de salas, la medición del aprendizaje del alumno y la detección temprana de un posible estudiante desertor.
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Juan Pablo Mena tiene 42 años y es ingeniero civil con especialización en inteligencia artificial de la U. Federico Santa María. Lo suyo es resolver problemas del día a día a través de algoritmos. Tras un par de años trabajando primero, en una compañía tecnológica y luego en una constructora, se dio cuenta de que organizaciones de todo tipo resolvían sus necesidades de optimización -de espacio, de capacidad, de distribución, de número de empleados, de cantidad de alumnos- a través de una planilla Excel. Esa herramienta, concluyó Mena, no era suficiente. Y, apostó por la inteligencia artificial. Era febrero del 2015.
Salas vacías
El llamado del ex decano de ingeniería de la universidad Adolfo Ibáñez, Alfonso Gómez en marzo de 2005, le abrió las puertas para aplicar sus conocimientos como jefe del laboratorio de matemática computacional de la casa de estudios. Ahí desarrolló sistemas de medición matemática para minería y armó un optimizador para analizar la carga horaria de los alumnos y el uso de las salas de clases. Gracias a eso los alumnos pudieron armar sus horarios sin “ventanas” , hacer uso de las salas con más de 30 alumnos e incluso hacer más eficiente la disponibilidad de estacionamientos. La universidad entonces decidió postergar el levantamiento de un nuevo edificio en la sede de Peñalolén, gestion por lo que sea ahorraron varios millones de dólares.
“Aquí hay algo qué hacer”, pensó entonces. “Veíamos que el problema de optimización en los planteles siempre producía un dolor de cabeza. Construían muchos edificios, se gastaban mucha plata y por sala no veías más de 12 alumnos”, señala el MBA de la UAI.
Así, a fines de 2012 fundó U-Planner junto a Rodrigo Hernández, Cristián Espinoza, Carolina Arce y Wilibaldo Bravo, todos relacionados al mundo tecnológico.
La ed-tech especializada en el desarrollo de más de 130 softwares y plataformas relacionadas a la educación, ofrece servicios de u-Learning, para un aprendizaje de forma personalizada; u-improve, para mejorar las mallas curriculares y los procesos de acreditación y; u-retention, para predecir cuándo un alumno podría desertar de su carrera.
Los 70 millones que se ahorró la U. de Washington
“La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”. Las palabras del líder sudafricano Nelson Mandela calaron hondo en el ingeniero cuando las escuchó por primera vez cuando él estudiaba. Desde su casa en Las Condes, donde hoy controla más de 70 campus en Estados Unidos Latinoamérica y Emiratos Árabes, el CEO de u-planner reflexiona que, sobre todo en tiempos de pandemia, donde los alumnos no han podido asistir a clases, ser eficientes en la entrega del conocimiento es la clave para construir una sociedad más equitativa. La pandemia les dio la razón: este año fue el mejor de su historia con el 90% de las ventas fuera de Chile y más de 2 millones de alumnos acceden a la plataforma. “Hoy un profesor puede hacer una clase con 3 alumnos de Concepción, 7 de Santiago y 8 de Valparaíso y con eso, el profesor ahorra tiempo, la universidad presupuesto y el alumno tiene acceso a las mejores cátedras”.
Siempre creyeron que en Chile les resultaría más fácil aplicar el modelo de negocio, pero, dice, se toparon con los arquitectos e ingenieros que planean los campus sin poner la eficiencia como core del proyecto. Además, se convencieron que, entre más grande la universidad y más involucrado estuvieran los ministerios de educación y las fundaciones interesadas en la tecnologización, mejor les iba. En 2017, por ejemplo, la Universidad de Washington, Estados Unidos, ahorró más de 70 millones de dólares gracias a ellos. Antony Salsito, el vicepresiente de Microsoft fue quien hizo el gancho entre U-Planner y esa casa de estudios. Al cabo de dos semanas, le presentaron los algoritmos al directorio y les dijeron que no era necesario construir un edificio nuevo. Ni si quiera un salón. Nada. El rector académico, cuenta Mena, les decía: “Ya tengo en mi flujo los 70 millones de dólares. ¡En qué los voy a gastar!” Hasta la fecha aún no lo construyen.
Gracias a eso U-Planner ganó el premio Microsoft Public Sector Education, en la premiación “Partner of The Year 2017”, a la mejor empresa de educación. “Es un premio súper grande, que se lo ganan compañías avaluadas en de más de un billón de dólares porque gestionan operaciones en más de mil universidades. Nosotros somos la única empresa chica latinoamericana que ha ganado hasta ahora”, comenta el fundador de la ed-tech.
350 mil estudiantes en un sólo país
Hoy cuentan con un equipo de 63 personas -varios con doctorados en computación y educación- repartidos en México, Estados Unidos, Alemania, Colombia, Perú, Brasil y Chile.
El capital inicial -$100 millones- lo puso Mena de su propio bolsillo. Pero cuando la plataforma empezó a tomar vuelo, recibieron apoyo de Wayra Chile -fondo de inversión de Telefónica- y de la Fundación Chile para escalar el trabajo a otras latitudes. Esta, confiesa el CEO de u-planner la ronda de inversión serie A más grande que se hizo 2018 liderada por Scale Capital. Y fue por 5 millones de dólares.
A la fecha, ya son más de 70 instituciones en 16 países que han confiado en el trabajo de U-Planner. “Tenemos una alianza con Harvard University y el Tec de Monterrey y nos adjudicamos un proyecto muy grande para ayudar las universidades públicas de Perú que será financiado por el BID”, explica Mena, quien detalla que el acuerdo significó 5 dólares por alumno, mientras que la planilla universitaria es de 350 mil estudiantes.